Reflexiones cortas

1. Por tu culpa ya no confío nunca en la gente. Siendo sincera, siempre he confiado demasiado rápido. Tú mismo me llamaste ilusa un par de veces. Pero ahora, después de todo lo que confié en ti y lo poco que me devolviste a cambio me cuesta cada vez más. Por miedo a que vuelvan a hacerme daño. Por miedo a encariñarme con alguien tanto como contigo.
2.Lo que yo necesito en estos momentos es alguien que se quede a bailar. Aunque no sepa bailar. Aunque ya no suene música. No alguien que se cambie de acera cuando me ve por el simple hecho de no querer cruzarse conmigo, o que me ve y hace como si no lo hubiera hecho.
3. Necesito a alguien que me recuerde día tras día que está ahí. Que siempre va a estar. No alguien que está solo cuando le apetece. Que si hoy, esta semana o este mes está bien se olvida de mí y que solo viene cuando vuelve a estar mal o se queda solo.
4. No sé si quiero que te quedes o que te vayas y no vuelvas jamás. Vete, si vete. ¿A quién pretendo engañar? No aguantaría mucho tiempo sin ti. Quédate ¿De verdad eres capaz? ¿O solo vas a estar a medias? No soy yo la que tiene que decidir eso.
5. Hay noches, en las que todavía entro en tu conversación y miro tu última conexión. Y pienso que ya no es por mí, mientras me pregunto quien será la que inunde tus noches ahora y que hace que con ella todo esté bien pero no conmigo. Porque siempre es bonito ser la última conexión de alguien ¿no?
6. Y la verdad es que aunque parezca que las heridas han cicatrizado ya de una vez por todas, sé que si vuelves a mandarme algún mensaje aún se me rompen las costuras. Pero que una pequeña parte de mi quiere que me llegue ese mensaje.
7. He perdido la cuenta de la cantidad de veces que me has dicho que siempre me quedarás tu, que me querías, que si algo me pasaba a ti te dolía también. Y ahora siendo sinceros, ¿de verdad todo el daño que me has hecho a mi te ha dolido a ti también? Perdona que lo dude.
8. Que hemos vuelto a lo de siempre. A lo de aguantar la mirada cuando nos cruzamos. A ver quien la aparta primero como si esto fuera una competición. Y yo ya no puedo aguantarla más, y aunque siempre miro a donde estás cada vez aparto antes la mirada porque no soy capaz de aguantar.
9. Que nuestra historia siempre será un círculo cerrado: estamos bien uno o dos meses (aunque con millones de discusiones entre medias), discutimos y dejamos de hablarnos una media de entre seis y diez meses, durante ese periodo de tiempo nos ignoramos, nos miramos disimuladamente, volvemos a aguantar la mirada y finalmente uno de los dos da el paso, discutimos de nuevo pero finalmente lo arreglamos. Y vuelta a empezar.
10. Dime a cuanta gente he arrollado por ti. A cuanta gente que ha estado siempre a mi lado me has hecho mentir. Y todo ¿para qué?
11. He perdido la cuenta de cuantas veces me has mentido en tan poco tiempo. Desde cosas muy insignificantes hasta cosas con las que nunca me atrevería ni a bromear.
12. Me he dado cuenta de que cada persona dice adiós a su manera. Unos lo dicen claro, y otros simplemente dejan señales. Señales que pueden ser claras o completamente confusas. Que si hoy ya no te voy a dar los buenos días. La semana que viene no voy a leer tus mensajes. La siguiente no voy a contestarte. Las demás te diré que he tenido un día duro y que no me apetece hablar (siento decirte que eso cuela una, dos, tres, cinco veces, no un día tras otro durante meses).