sábado, 7 de abril de 2018

Yo en verbo, que no en verso

Abrazo con fuerza, evitando que nuestros cuerpos se separen.
Acelero todo por mis ganas de sentir.
Acepto la derrota.
Admito que te quiero.
Adoro el chocolate negro, las fresas, y las moras.
Agoto todo el tiempo que tenemos.
Aprendo a base de golpes.
Amo los viajes por carretera y utilizar el transporte público.
Ando sola por la calle durante horas.
Bailo en ropa interior cuando nadie me ve. 
Busco alguien que se quede a pesar de todas mis manías.
Canto en la ducha, en el coche, en la calle, en el coro, en sueños.
Celebro la amistad, el amor y la familia.
Como Nesquik a cucharadas directamente del bote cuando estoy nerviosa.
Detesto el ruido, los golpes, los murmullos.
Digo siempre la verdad.
Doy más incluso de lo que tengo.
Dudo de mi. De que te quedes y no te vayas de nuevo.
Duermo con calcetines, incluso en verano.
Echo de menos demasiado fuerte.
Elijo a las personas equivocadas.
Empiezo series que nunca termino.
Encuentro belleza en las pequeñas cosas.
Escribo de madrugada y en días de lluvía.
Escucho rock y baladas de cantautor.
Estoy perdida.
Finjo que no se que volverás a marcharte.
Grito en silencio.
Hablo con la almohada.
Hago sudokus cuando no puedo dormir.
Huyo a dar un paseo por la ciudad de vez en cuando.
Insisto en seguir buscándote.
Intento ver más allá de las personas.
Leo poesía, literatura juvenil, clásicos, novela policíaca, e incluso de terror.
Llamo a mi madre todos los días.
Lloro el 80% de los días. En el bus, en la cama, en el sofá. Con una serie, un libro, una canción, sola.
Lucho contra mis fantasmas y los tuyos y los nuestros.
Miento mal. Puede que por eso odie las mentiras.
Necesito que me abracen constantemente.
Observo con muchísima atención los pequeños detalles.
Odio los sábados por la mañana y los domingos por la tarde.
Olvido donde apunto las cosas, las contraseñas e incluso el día en el que vivo. Pero nunca olvido un cumpleaños.
Ordeno mi vida en una agenda, aunque todo sigue siendo un caos.
Perdono demasiadas veces. 
Pierdo todo.
Reconozco que soy incapaz de aguantar la mirada más de dos segundos seguidos.
Recuerdo todo lo que dijiste.
Respondo siempre lo más rápido que puedo.
Río incluso con el chiste más malo que existe.
Rompo fotos que luego vuelvo a imprimir para colocar en el mismo sitio.
 que no sé montar en bicicleta.
Siento demasiado.
Sigo echándote de menos.
Sobrevivo como puedo.
Soy adicta al café, a la lluvia, a los libros y a la música rock.
Tardo demasiado en olvidar.
Temo al rechazo, a la soledad, y a lo monstruos bajo la cama.
Tengo miles de manías absurdas e insignificantes.
Tropiezo veinte veces con la misma piedra.
Vivo.
Voy siempre descalza por casa.
Vuelo.